lunes, 31 de agosto de 2009

ODA A UNA VENDEDORA DE FLORES





Tus manos tan huancaínas,
tan cusqueñas o apurimeñas
de corolas abiertas,
tan nacida
en el centro
o en el sur del Perú,
han tocado
las entrañas de la mañana,
el aroma multiplicado
en las miradas,
con los pistilos en los poros,
en los puentes de tu risa volada,
en las veredas de flores desperdigadas
con los deslumbrantes tallos
que son tus brazos fuertes,
con tus galateas
de hojas cebradas,
amarillas o blancas en la piel
para oxigenar
un salón de clases.


Tus ojos de hortensia
me miraban
con su risa lila y rosada,
tu presencia de abeja
se metía en la nariz
con presión de rosas cautivas,
en ramos ofrecida,
para el amor o la partida
que riega los campos o las pupilas.


Estás inundada de vendedores,
de olores humanos que se combinaron
desde las axilas con trementinas
con la humareda de Evitamiento,
con la neblina y el orín de los tallos superpuestos,
con los camiones que traen
tus talados y libres perfumes
de flores que esperan
una efímera belleza
en medio de la mesa,
agotada de días,
dando lo mejor de sus esencias
antes de perecer
en los brazos de la amada,
antes de que las rosas rojas
sean negras orejas
y las gracenias se contraigan
con un corazón de porcelana
y el agapanto se cierre con el llanto del foco
y la achirana deje su última carta en la hondonada
y los demás follajes verdes se queden desnudos
con trajes marchitos.

Pero yo regresaba para ver
tu gesto de dalia pequeña,
tu nariz de florecida cupea,
tus mejillas de clavel cerrado,
tu mentón de caprichosa gardenia,
tu cabellera de luminosa bromelia,
tus dedos de coqueta hierbera,
tus labios de balsamina
y tu boca de zinia salvaje
que floraba un beso
en mi sudor de jardinero.

jueves, 20 de agosto de 2009

CONGELADO DELIRIO


Es como si hubieras muerto
o como si te hubieses congelado en un nevado
esperando el regreso del verano.
Solo queda tu silencio tan frío
que me hiela la sangre
dónde estás mi flor de fuego,
solo tengo un pétalo en la mano
y es todo el tiempo
que fui feliz contigo.
me cortas el pecho y la comunicación,
abro mis entrañas
y solo hay lodo y árboles rotos,
miro los recuerdos y quiero tu sonrisa
reconciliándose con las palomas.

Saco de tu corazón
mucho empeño y cansancio de días,
desbordes de pájaros y de llovizna
tus palpitaciones de volcán o de riachuelo,
tus ojos se cierran y me amarran al olvido.
Quieres romperme, desarmarme con tus silencios,
guardar mis besos en una cueva o en el hueco del ozono,
pero te amo en la margen izquierda o derecha del delirio,
en el sufrimiento y en el cariño
que puede unir al lado tuyo.

jueves, 6 de agosto de 2009

ODA A UNA NUBELOSA


Polvo maravilloso
que se revuelca
en una cama de energía
con tus labios de universo
que se expanden
en mi piel de estrellas,
me recorren tus erizadas manivelas
tus manos de flores hambrientas.
Naces de una supernova herida
como un orgasmo
de rosas y perlas de luz
con beso y remolino
ardoroso en tu sexo


Huracanadas caricias
y cálidos estremecimientos
de células
te van poseyendo,
venas cosmicas
se abren
con la sangre
de tus elementos rendidos
en el Ojo de Dios,
tu centro convulsionado
es eclosion de girasoles
ardientes
que dan origen
a la trémula serpiente
que se deja su radiación
tan azul en tus entrañas
estelares,
en tus movimientos
de yegua densa
y sobrecargada.
Polvo eres
y en polvo te convertirás
desde los pilares
de la Creación,
en la conmoción
de tus agonizantes estrellas,
en tus jazmines luminosos
que paren
latidos de Orión
y danza de Cangrejo,
eres pezón de estallido
y abertura de rayo,
nube atravesada
de planetas desesperados
por formar tu cuerpo
rendido
y maravilloso.