jueves, 13 de septiembre de 2007

INFECTOLOGíA

Ella infecta con desprecio,
ella inventa el inhumano pretexto
de probeta,
acusa al esposo
y acusa a la promiscua vendeta
para cuidar su cabeza,
su puestito
de sanguijuela,
y le dice a ella
que el virus es una ruleta,
que espere unos meses
a ver si ya no juega
con la muerte perfecta.

Son expertos en transfusión
de la inercia inmune al amor
y deficiente de dolor,
titulados en impericia
y capacitados en imprudencia,
sin sangre en el alma
y con podredumbre médica.


Enferman con su insolencia
y suelen burlar lágrimas y desconsuelos ,
la desesperación
de la familia disuelta
no es parte de la historia clínica,
todos se alejan
la hija y la vecina y la cocina
y la atenta torpe y necia
de Infectología,
ella inventa con su degollada tecnología
ella no sabe qué hacer,
le cortarán la cabeza,
y a ella , la paciente magullada,
con promesas es inyectada,
con ministeriales paseos es auscultada,
y queda sola
para enfrentar
la batalla de la soledad.

LA NEBLINA II

Neblina,
tú no sabes lo que llevo dentro,
tú no sabes porque no eres humana,
eres del cielo,
tú no sabes de mis días
revueltos en cóleras y tormentos,
tú no sabes que ayer
maté el amor
y que saqué de su corazón
grises torcazas y un río helado;
en sus orillas , lirios enojados,
y en su fondo;
confusas amantes
y musas de bolsillo.


Neblina,
te he mirado fijamente,
eres distinta,
calandria evanescente
que se posa en mi mente
voraz y repentina.
Neblina,
aunque todo sea inútil
como la poesía
yo aguardaré cada invierno
para que regreses
y me devuelvas el cadáver
de ese espejismo.


Neblina
no intentaré por ti una caricia,
sería en vano,
no tienes cuerpo,
y aunque tú me haces
tiritar de insomnio,
yo te devuelvo
el humano aliento,
el calor y el riesgo
de la soledad,
el silencioso río
de la incertidumbre.


(Qué agua tan fresca
para mi alma,
qué fractura tierna
para mis manos)

Neblina,
yo me entrego a la noche
como una fiera,
le arranco las ropas
y sólo queda
esa luna morena,
desnuda entre las uvas,
dispuesta al temblor
de mis hojas de lluvia.


Neblina,
tú no sabes,
yo soy malo
y le hago el dolor
a la dulzura
y le hago el amor
a las palabras
yo también sé hacer sufrir
y sé que si me tocas
te disiparías y morirías
porque mi piel
a veces
es el pleno sol.

GOCE LA POESíA


Este un espacio para ti, para que leas, escribas y vivas, para que desnudes las palabras siempre que se pueda.